Nuestro recorrido por el Salón Vinoro nos dio a conocer grandes bodegas con un vinos de una calidad excelente, pero no sólo los vinos premiados, sino también otros que pudimos degustar, lo cual demuestra la gran labor y trabajo de estas bodegas y su gran mérito en la obtención de las medallas de oro. Os hemos mostrado vinos de Zaragoza y Argentina (su gran Malbec). Hoy le toca el turno a La Rioja, pasando por Portugal con excelentes vinos de la zona de Setubal que nos dejaron boquiabiertos y terminaremos en Ciudad Real, con Vinos de Pago. No os lo podéis perder!
Comenzamos nuestro segundo viaje por Rioja, y concretamente con Araico Martínez de Cañas, una bodega totalmente familiar situada en la Rioja Alavesa. Iñigo Celarain, director comercial de la bodega, nos presento su vino premiado con el máximo galardón en Monovino, Araico Roble Tempranillo, procedente de cepas centenarias y una crianza de 4 meses en barricas de roble y otros 4 en botella. Un vino muy fresco, afrutado, con una armonía de aromas espectacular, donde la uva la gran protagonista. Y luego catamos su hermano mayor, una mezcla de Tempranillo y Viura procedente de viñas viejas, un vino con carácter y buena presencia, donde la fruta y la madera son los grandes protagonistas, pero con buena acidez y un paso firme y elegante.
Damos al salto a Portugal, concretamente a Setubal, con una pequeña bodega familiar, donde Manuel Silva nos deleito con los vinos blancos de su bodega A Serenada. Comenzamos con el Verdelho, un vino muy fresco y afrutado, con toques cítricos y cierta mineralidad, con un paso en boca ligero pero con volumen y un final largo y persistente. Pasamos al Edição Especial, su vino premiado con la medalla de oro en 2015 por la Selezione de Sindaco, con las variedades Viogner y Gouveio autóctonas de la zona, un vino seco, muy aromático, destacando la fruta y la miel, más intenso y con mayor presencia que su antecesor. Y terminamos con Cepas Cinquentenárias, un multivarietal compuesto de Fernão Pires, Arinto, Rabo de ovelha, Trincadeira das Pratas, Bica y Malvasia Fina con un paso por barricas de roble de 225 litros durante 10 meses. Es un vino mucho más complejo, donde los aromas de fruta viene acompañados de los tostados de la madera, pero sin perder frescura, se muy fino y elegante. Un gran vino.