El restaurante Cepa 21 comenzó su andadura de forma paralela a la creación de la bodega, a lo largo del 2007, si bien hasta el 2009 era gestionado por la bodega, a partir de ese momento la gestión del restaurante es independiente al de la bodega, pero está integrado en la misma.
El entorno del restaurante es espectacular, porque es toda una cristalera que da muchísima luz, con vistas a las cepas de la bodega. El restaurante también ofrece la posibilidad de celebrar eventos y el entorno es muy elegante, proyectando una imagen de elegancia y serenidad que produce una sensación de relajación muy agradable, donde básicamente sólo queda disfrutar de la comida.

Foto Restaurante

La atención es muy cercana y especialmente personalizada, donde destaca un equipo joven, que muestran las ganas de hacer las cosas bien y sorprender al cliente con sus elaborados platos.
Al frente de la cocina se encuentra Alberto Soto, el cual le da un toque de imaginación muy bueno a cada uno de los platos y de ahí los dos menús que ofertan en la carta, un menú más clásico, con los platos tradicionales de la gastronomía castellana y un menú degustación, donde se degustan platos modernos, con creaciones que nos sorprenden. Además de ambos menús, también tienes la posibilidad de comer directamente de la carta.
En nuestra visita nos decantamos por el menú degustación, incluido un maridaje por plato. Evidentemente, como estábamos en la bodega, preguntamos si existía la posibilidad de maridar cada plato con un vino distinto y efectivamente no hubo problema, porque es una de las opciones que ofertan, si bien nos comentaron que no sólo se maridaba con vinos, sino también con otro tipo de bebidas.

El menú comenzaba con unos “Snacks”. Todos estos entrantes estaban maridados con un bloody mary, muy muy suave, pero que acompañaba muy bien.

Comenzamos con una Croqueta Líquida de pesto, acompañada de una patata brava soufflé. El pesto estaba fundido en forma de líquido dentro de la croqueta y estaba muy bueno y respecto a la patata, eran dos láminas fritas que recubrían la salsa brava que estaba en el interior. La presentación, cuanto menos, curiosa.

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Seguimos con un Crocant de Kikos con Guacamole (madre mía, que podíamos esperar de esto). Eran dos láminas de guacamole con kikos molidos en el interior. La verdad, algo extraño pero con un sabor curioso.

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Seguimos con la Tosta de Agridulce, Nueces y Foie. Como podéis ver, era una tosta de nueces con tono agridulce, con crema de nueces y virutas de foie. Tenía un sabor muy suave, muy ligero, con un buen contraste entre el agridulce y el sabor algo dulzón que le daba la nuez combinado con las virutas.

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Proseguimos el menú con un Mejillón con su cáscara en escabeche. El mejillón estaba sobre una lámina de escabeche, muy curiosa la presentación y el sabor, a pesar del tono a mar que siempre desprende el mejillón, era más suave de lo que se podía esperar (yo realmente no soy muy dado a comer mejillones al vapor, pero estaba muy bien elaborado).
Y terminamos estos snacks con plato que lo denominaron Tapa de barra. Y efectivamente, era la típica tapa de barra que te ponen en un bar, pero a su manera.

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Y con esto terminamos los “aperitivos”. Realmente me quede impresionado, porque no esperaba tanta elaboración en algo que denominaban como snacks! Y el bloody mary acompañó muy bien a todos ellos (si bien se quedó algo corto, aunque mi sorpresa fue la calidad y la cantidad de platos que disfrutamos antes de empezar con los principales).

Ya estando sorprendidos, empezamos con lo que podíamos denominar los auténticos platos. Y el primero fue una bomba, porque se definía como Cocido Completo. Y que es lo que vamos a comer, ¿sopa de cocido y luego el resto, garbanzos, chorizo, tocino….? Madre mía, como nos vamos a poner! Pues sí, pero no. Y me explico. Efectivamente comimos cocido completo, pero todo concentrado una bola de pollo, con los garbanzos y los fideos muy finos dentro, sobre una base de morcilla, con dos pequeños crepés formados por un filamento de tocino y de zanahoria que llevaban concentrado todo el chorizo, tocino y jamón, bañados por la sopa del cocido. Simplemente espectacular. Y su sabor era de auténtico cocido. Nos recomendaron romper esa bola de pollo para poder gozar de todo el sabor que nos estaba esperando en el plato. Fue una gozada.

El plato fue maridado con una cerveza de la región, concretamente de de Monterrey, cera de Tudela del Duero. La cerveza es la Milana Bonita, una cerveza artesanal , con un tono turbio, muy refrescante, con un toque amargo pero suave, que hizo un muy buen maridaje con este cocido completo.

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Después de quedarnos sorprendidos por este magnífico cocido, pasamos a la siguiente creación, el Canelón de Lechal con crema de Alcachofa y Romero, con Mollejas glaseadas. Tenía la forma de un canelón pero con el lechal que prácticamente parecía una crema, porque estaba muy suave. Todo eso estaba bañado con una crema de alcachofa que acompañaba perfectamente al canelón y decorado con unas pequeñas mollejas, muy muy pequeñas, pero con un sabor muy suavito.

El plato lo tomamos con un cava de Rueda, Palacio de Bornos Brut Nature, un cava muy suave, 100% verdejo, con una estructura excelente. Y personalmente maridó muy bien con el canelón. Me sorprendió encontrar un cava en Valladolid con esa calidad, porque realmente no estamos acostumbrados a tomar cavas en esta región, pero resulto ser una gran sorpresa.

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El siguiente plato con el seguimos fue la Frutti Di Mare, y como su propio nombre indica, era la fruta de mar, un calamar y un gambón, con salsa de escabeche, todo ello asentado en la cascara del propio mejillón y presentado como en una caja de pizza! Un plato con un sabor muy de mar, que, a pesar de no ser especialmente de mi gusto (no soy un enamorado de los mejillones), al comerlo todo junto (como lo recomendaron) tenía un saber muy suave y agradable, sin descuidar evidentemente ese sabor a mar.

El plato fue maridado por el Rosado de la bodega, el Hito Rosado 2013. Un vino con 100% de Tinta Fina, con un color rosa fresa muy potente, se presentaba en copa muy fino y limpio. En boca era fresco, muy goloso, con un paso en boca persistente. Esa frescura acompañaba muy bien a este plato de mar. Buen y sorprendente maridaje.

Frutta Di Mare

La verdad es que, si bien los platos no eran de gran cantidad, era la suficiente para seguir degustando sin estar llenos. Y el siguiente plato también fue una buena sopresa, concretamente tomamos Calamares en su tinta encebollados. Como se puede apreciar en la foto, era un calamar, con un toque muy suave, con una bomba de tinta de calamar, sobre una crema de calamar y cebolla, bañados por la propia crema del calamar. Nos recomendaron romper la bomba y degustar todo el plato de forma conjunta. Estaba espectacular.

Este plato se maridó con otro vino, no directamente de la bodega, pero sí de sus dueños, Emilio Moro 2012. Y que vamos a contar de este vino que no sepáis ya. El vino esta espectacular, con un sabor intenso, muy equilibrado si bien he de decir que el vino tenía mucha más potencia que la comida, por lo que habría escogido otro tipo de vino para maridar con este plato. Evidentemente el vino es muy bueno, pero para el sabor de este plato tenía demasiado carácter. En cualquier caso, un muy plato con un pedazo de vino.

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Y por último, para acabar con los platos principales, terminamos con Pichón, con Setas y Foie. Dos pequeños muslos de Pichón, en una salsa de foie y setas. He de reconocer que la carne de pichón es un poco diferente a lo que estamos acostumbrados, tiene un sabor y una textura más fuerte pero a mí personalmente me gusto, muy bien acompañado con ese toque algo dulzón que le daba el foie.

Y este último plato lo maridamos con el crianza de la bodega, el Cepa 21. Vino 100% tinto fino, con 14 meses en barrica, con sabor intenso pero con un paso ligero, amable, con un postgusto alargado y muy buena estructura. En este caso, creo que el vino marido bastante bien con el pichón, por ese toque que le daba el Foie y las Setas. Si sólo hubiéramos tomado el pichón, habríamos necesitado un vino con más barrica, quizás un reserva.

Y con este acabamos todos los entrantes y los platos principales. La verdad es que fue un auténtica sorpresa este menú maridado, con platos excelentes y un maridaje muy bueno, con vinos tanto de la propia bodega como de la región, y la sorpresa de una platos especialmente elaborados, con una presentación exquisita y un trato excepcional.

Pero todavía no habíamos terminado, porque teníamos pendientes los postres. Dios mío, que todavía nos queda algo para catar. Es verdad que era tan buena la calidad que no hubiera estado allí todo el día.

Los postres comenzaron con unas Manzanas en texturas. Y pensaréis… que aburrido, después de todo lo que hemos pasado hasta aquí. Pues podemos decir que estaban impresionantes. Era una crema de manzana asada, con un sabor muy suave y sin apenas notar la acidez con un pequeño creppe de crocanti.

Manzanas en texturas

Y por último, tomamos Macarrones Cheesecake. La verdad es que era el colofón a una comida espectacular. Como podéis ver, era literalmente macarrones de vainilla, con dados de queso dulce en una crema de vainilla, con dos pequeños hojaldres de queso.

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Y como no maridados por un Moscato de Freixenet, Mía, muy afrutado y dulce que acompañaba muy bien a los postres y le daba ese toque de dulzor.