El término «Linde» significa la línea real o imaginaria que fija los límites de un terreno, finca o región separándolo de otros. Así surge este tinto, cuando en 2010, en homenaje a los viticultores de la zona, se vinifica de forma separada las uvas que proceden de La Bastida y de San Vicente, dando origen a dos vinos diferentes, con personalidad propia. Fresco, frutal, amplio y muy fino, el vino de San Vicente está muy bien hecho y su permanencia en botella le ha terminado de redondear.

Lindes de Remelluri 2010 La Rioja

La primera vez que fuimos a la bodega recuerdo que no llegamos a localizarla. Poco antes de llegar a Labastida, te desvías dirección Rivas de Tereso y a medio camino encuentras dos pequeños muros de piedra que te anuncian con una placa que vas por el camino correcto, y allí te aventuras por un carretera de tierra (no os preocupéis, podéis ir perfectamente con un coche bajito) hasta la llegada a la bodega, que literalmente es una granja que impresiona (y que bien se conserva, porque su origen se remonta al siglo XIV, cuando unos monjes se afincaron en la zona). Y por el trayecto vas disfrutando de las impresionantes vistas y la tranquilidad se respira, acompañada de las más de 150 hectáreas de las que dispone la bodega. Una gozada.

La división de las dos parcelas para hacer ambos vinos se debe principalmente al tipo de suelo de cada una de ellas, lo cual le otorga matices bien diferenciados. Las viñas en San Vicente están cercanas al río Ebro, siendo las parcelas más arenosas por lo que la mineralidad es menor, pero al estar alejadas de las Sierras de Cantabria y Toloño, el clima es más mediterráneo con una mayor estabilización de las temperaturas. La vendimia es totalmente manual, con una primera selección del racimo en el campo y una segunda en la bodega antes de su fermentación en depósitos de acero. Finaliza con una crianza de 12 meses en barricas de roble francés.

Lindes de Remelluri 2010 La Rioja

A la vista nos encontramos con un color rojo  picota con ribete granete, de capa media alta, muy limpio y brillante. En nariz destaca la fruta negra por encima de todo (mora, grosella), con toques de regaliz y un fondo de madera, tostados donde aparecen notas especiadas, incluso un toque a flores (violetas, herbáceos), balsámicos que aportan frescura, con buena intensidad. Es realmente agradable.

En boca es un vino golosoafrutado, con cuerpo (no excesivo) pero un paso ligero, fino, con nervio, transmitiendo frescura y vitalidad, apareciendo todas las notas especiadas, tostados, balsámicos que apreciamos en la fase olfativa. Quizás algo amargo y seco pero no muy intenso, con un final largo y persistente, donde aparece esa fruta negra y algo de madera. En esta ocasión maridamos el vino con un plato de cuchara, lentejas con chorizo y verduras y si bien fue bastante bueno, el vino se quedo un pelín corto. Estofados de carne, caza menor, carne roja, conejo o quesos semicurados serían buenos acompañantes de este Remelluri.

Lindes de Remelluri 2010 La Rioja

En conclusión estamos ante un muy buen vino que en su primera añada nos ha gustado, pero que creemos que todavía puede dar más de sí y le ha venido muy bien su evolución en la botella. Amplio, afrutado, con notas de especias, tostados, balsámicos que aportan frescura y energía son algunas de las características de es Lindes de Remelluri, que habrá que seguir muy de cerca en próximas añadas.

 Lindes de Remelluri 2010 San Vicente