Cuando los habitantes de Mons sacaron en procesión las reliquias de su Santa para salvar a la ciudad de una epidemia de peste allá por 1349, la cual les liberó de forma «milagrosa» (por no decir misteriosa o simple casualidad) de esta enfermedad, nunca pensaron que se llegaría a elaborar una cerveza conmemorando esta gran hazaña. Y no una cualquiera, menuda cerveza. Car d’OR es una cerveza ligera y elegante, con un toque dulzón y un amargor suave, gentil, muy refrescante, que invita a seguir bebiendo. Gran cerveza belga.
St. Feuillen es la Brasserie encargada de Car d’OR la cual debe su nombre al Carro de Oro (que porta las reliquias que salvaron a la ciudad de la epidemia) que todos los años recorre las calles de la ciudad hasta la rampa de Sainte Waudru, donde debe superar una pendiente de 20% de desnivel con la ayuda de los caballos y los vecinos de Mons, sin posibilidad de pararse, garantizando la buena suerte a la ciudad. Y de esta manera, durante 8 días, la ciudad se convierte en un gran fiesta para homenajear la tradición y de paso, disfrutar de esta gran cervezas belga.
Car d’OR se elabora conforme a la receta original belga, respetando la tradición, con una segunda fermentación en botella. Con un color dorado pajizo, pálido y un buena capa de espuma, la cerveza es realmente aromática y refrescante, ciertamente dulce en un primer trago, con toques de albaricoque, melocotón y un punto de amargor muy agradable, siendo su recorrido en boca suave, amable a pesar de tener 6,5% de alcohol. En esta ocasión tomamos la cerveza sola pero podría ser el perfecto acompañante de pescados blancos, verduras, quesos o incluso carnes blancas.
En conclusión, Car d’OR es una cerveza fresca y aromática, ligera en boca, con un punto de dulzor y un toque amargo que hará las delicias de los amantes de la cerveza, preferiblemente en temporada estival. Y ya sabéis, si la semana que viene estáis por Mons, a disfrutar de las fiestas y a tomar una buena birra belga.