Cuando en 1988 Jesús Galilea encontró un racimo de uvas blancas en su viñedo de tempranillo tinto en Murillo de Rioleza, no dio crédito a lo que estaba viendo. Decidió cortarlo, produciéndose dos brotes de uva blanca. Y de esta forma nació el Tempranillo Blanco, una variedad de uva blanca de la Rioja, de brote tardío y maduración precoz, que destaca por su potencia aromática, mostrándose muy amplia en boca y derrochando carácter y personalidad, dando lugar a vinos muy equilibrados con buena estructura. El Tempranillo Blanco ha llegado con fuerza para situarse entre los grandes.

Tempranillo Blanco

En 1989, el Servicio Riojano de Investigación y Desarrollo planto varias cepas  en la finca Valdegón (Agoncillo) y años más tarde la cepa se había multiplicado pero fue algo más tarde, a comienzos del 2000, cuando la uva nació legalmente. Tenemos que esperar hasta 2005 a la primera producción de un vino con Tempranillo Blanco, con la bodega Viña Ijalba, tras la aprobación de la variedad por parte del Consejo Regulador. La bodega crea un proyecto de I+D para investigación y desarrollo de la uva, a la que suma otra variedad poco conocida, la maturana blanca. Juan Carlos Sancha fue el enólogo responsable de está primera añada. A partir de 2008 dejo la bodega para seguir investigando en la variedad y crear su propio proyecto, Ad Litium Tempranillo Blanco, con una producción inicial de en torno a 6.000 botellas.

Pero 2009 es el año que supuso el pistoletazo de salida del Tempranillo Blanco, cuando la variedad se incluye en un registro que había permanecido de forma invariable desde 1925 (sí es que cuando decimos que somos un país de tradición…..) y otras bodegas, como Valdemar o Fernández de Piérola centran sus esfuerzos en el cultivo y la producción de la uva. El equilibrio entre grado alcohólico, acidez y contenido polifenólico que presenta la convierte en una variedad adecuada tanto para la elaboración de vinos jóvenes como para vinos destinados a crianza en barrica.

Tempranillo Blanco

De fertilidad alta, la poda corta y la conducción en espaldera son perfectas para la variedad, si bien no se recomienda una vendimia tardía debido a una maduración muy precoz. Destaca su color amarillo verdoso y es muy aromático en nariz, donde resaltan las frutas tropicales (piña), cítricos, plátano y en boca presenta un gran volumen y estructura, dando lugar a vinos muy equilibrados.

En definitiva, nos encontramos ante una gran variedad fruto de una mutación de la uva más clásica de región, que está creciendo y poco a poco ganándose un lugar para forma parte del selecto club de los grandes blancos de La Rioja.

Tempranillo Blanco