Tras los grantes tintos de Muga, este vino blanco fermentado en barrica se ha hecho hueco y no era nada sencillo. Un vino fresco y amplio, sedoso, muy cítrico, de gran acidez, con presencia de la madera muy sútil y un punto final de amargor y sequedad que encaja a la perfección. Un blanco aromático, con chispa. Un gran blanco de Muga.
Hasta hace poquito tiempo pensar en un vino blanco bien elaborado en Rioja, una región en la que la imensa mayoría de la superficie del viñedo esta destinado a la uva tinta, era prácticamente una quimera (al igual que los tintos en Galicia). Pero los tiempos han cambiado y aunque siempre habíamos oído hablar de los grandes clásicos de Rioja, con mucha dedicación, esfuerzo y trabajo, no sólo los tintos de la región han evolucionado, sino que los blancos han empezado a ganar cuota de mercado e incluso podemos decir que son tan grandes y durareros como los mejores tintos de la zona.
La viura (también conocida como macabea) es una de los grandes artífices del cambio. Como variedad de uva blanca de vinificación, es perfecta para el envejecimiento en roble por su lenta oxidación. Y es la base de este gran Muga, con un pequeño porcentaje de Malvasía. Tras una maceración en prensa durante 12 horas con sus propios hollejos, el vino fermenta en barricas nuevas de roble francés de 225 litros, tras lo cual permanece con sus lías durante 3 meses aplicando semanalmente la técnica del bãtonaje.
A la vista nos encanta ese color amarillo pajizo con un tono algo verdoso y reflejos dorados, muy limpio y brillante. En nariz es muy aromático y cítrico, destacando la fruta blanca, manzana verde, albaricoques, notas florales, donde la madera se aprecia pero de forma muy ligera, con un toque final de herbáceos y algo de especias.
Y en boca es un vino que nos sorprende por su frescura y acidez, donde las notas tostadas se aprecian pero de forma suave. Es amplio en boca, con una paso muy agradable y un gran equilibrio de todos sus elementos y un final más graso con notas herbáceas, donde la presencia de los cítricos es constante. En esta ocasión maridamos el vino con mero asado al horno con champiñones, pimiento rojo y cebolla y el resultado fue muy bueno. Pescados blancos a la plancha o al horno, arroces, marisco a la plancha o cocido, carnes blancas, ostras, pastas y quesos de intensidad media serían un perfecto acompañante.
En conclusión estamos ante un blanco de Rioja muy sabroso y agradable, fresco, con un paso ligero en boca y un final más intenso, donde las frutas blancas, de hueso están muy presentes y con una gran acidez que invita a beber, con un punto de amargor y sequedad final que le dan un toque diferente. Este blanco de Muga tiene nervio, es un vino muy vivo, de gran estructura que se va a terminar de redondear con su permanencia en botella. Gran Muga!
