Cuando escuchamos el nombre de Juan Gil nos viene a la memoria el primero de los vinos que marco la era del cambio en Jumilla con la gran labor realizada en la región. Tras probar Jumilla 4 meses, hemos catado el siguiente escalón, Juan Gil 12, con 12 meses de barrica y es una evolución natural de su hermano pequeño: un vino potente, pero con un toque dulzón que lo hace muy goloso, destacando la gran carga frutal, con una magnífica acidez y un final y una persistencia larga en boca. Máxima expresión del Monastrell! Gran vino!
Año tras año la bodega Gil elabora magníficos caldos manteniendo el nivel y la armonía de años anteriores y ésto no es nada fácil considerando su éxito (más que merecido) con el que normalmente se tiende a mermar la calidad en detrimento de la cantidad. No es el caso, ni mucho menos y quién haya catado diferentes añadas puede comprobar cómo, no sólo mantienen su clase, sino que van a más, siempre respetando la naturaleza de sus orígenes y con la base de la uva de la región.
Juan Gil 12 se elabora con Monastrell procedente de viñedos con más de 40 años de antigüedad, plantados sobre suelo calizo y pedregoso, pobres en nutrientes e ideales para este tipo de uva, a alturas que oscilan entre 700 a 800 metros sobre el nivel del mar. Y aquí el clima juega un papel muy importante, siendo muy caluroso y seco en verano y muy frío en invierno, con grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche, dando como resultado bajas producciones pero uvas duras y concentradas, de gran calidad.
Tras la recogida y despalillado de la uva, se procede a la fermentación en depósitos de acero inoxidable durante 20-25 días Posteriormente la fermentación maloláctica y la crianza se realiza en barricas de roble francés durante 12 meses.
A la vista destaca el color rojo picota granate, muy intenso y limpio, con ribetes violaceos, de capa alta, muy atractivo. En nariz, nos invade la fruta roja madura (cereza, mora, frambuesa), con aromas tostados (cacao, torrefactos), balsámicos, algo más especiado que añadas anteriores y con toques ahumados con algo de mineralidad. Es todo un avance y una declaración de intenciones de lo que esta por llegar.
En boca es una gozada, con gran intensidad frutal, es un vino con cuerpo, muy sabroso y cremoso, con una entrada cálida y un tanino muy maduro que le aporta dulzor, con toques tostados realmente goloso. Su paso en boca es muy agradable, mostrando carácter, pero con elegancia, todo muy bien equilibrado, con un final largo y persistente.
