En la localidad de Pozuelo del Rey, encontramos una pequeña bodega que comenzó su andadura con la producción únicamente de dos vinos, ambos tintos (gran afición de Carlos Gosálbez) pero que luego amplió a la producción de su vino joven, Qubél Revelación y Mayrit blanco y el tinto con  barrica, partiendo siempre de la base de vinos 100% ecológico.

Bodegas Gosábel Orti

Recuerdo bien el recibimiento de Carlos Gosálbez a las puertas de la bodega y la posterior entrada a la misma a un pequeño pero acogedora sala, acondicionada para una amena charla, compartiendo espacio con la despalilladora y los depósitos de acero inoxidable.  Carlos y Estrella son los auténticos creadores e impulsores de la bodega, dedicándose el primero a la elaboración y producción de los vinos y su mujer a la promoción y venta. Y la verdad es que su pasión es lo que definiría a la perfección el resultado de su gran trabajo.

Carlos no comenzó en le mundo del vino, sino que su pasión, si bien viene de lejos, no la pudo materializar hasta hace poco tiempo (se fundó en el año 2.000), donde el trabajo en la viña y en el terruño se realiza de forma meticulosa y totalmente manual, sin aplicar ningún tipo de pesticidas, insecticidas o abonos. Pero no sólo en la viña, sino también en la bodega, donde no se utilizan depósitos de fibra sintética, limitando el uso del sulfuroso como conservante. por otro lado,  Estrella se dedica a las labores comerciales y administrativas de la bodega, llegando a ser vocal del Consejo Regulador de la DO Vinos de Madrid.

Bodegas Gosálbez Orti

Respecto a las viñas, están situadas en Campo Real (zona muy conocida pos sus aceitunas) a una altura de 800 ,metros de altitud, con un suelo rústico, duro, donde destaca realmente el campo en sí, el crecimiento de las viñas de forma natural, destacando una gran cantidad de flores aromáticas.

Tras la visita la bodega, nos desplazamos a la Enoteca, situada a unos 100 metros de la bodega. Allí nos recibe Estrella, para comenzar con la cata de los vinos de la bodega.

Bodegas Gosáblez y Orti

Comenzamos la cata con el Qubél Revelación, el vino joven de la bodega, sin paso por barrica y con una interesante mezcla de uvas en la fabricación, que destaca por su juventud, de trago fácil, muy aromático y de gran carga frutal.

Proseguimos la cata con el Mayrit blanco 2013 (Madrid en árabe), elaborado en colaboración con otra bodega. Un vino 100% Cavernet Savignon. A la vista es un vino muy limpio, claro, brillante, algo verdoso, cono tonos dorados que en nariz es totalmente cítrico, frutas blancas, con recuerdos al cava y en boca tiene un muy buen paso,  persistente, con cuerpo, con algo de acidez que va perdiendo con el tiempo, siendo un vino mucho más suave y ligero. Muy buen vino.

Del blanco pasamos al Mayrit tinto, con un paso en barrica de 12 meses, con un 70% de tempranillo y 30% de Syrah. A la vista es un vino con mucho más cuerpo, brillante, limpio, con un color rojo picota,l cereza. En nariz, destaca los frutos rojos, especias, balsámico y en boca es un vino con cuerpo, con un tanino bien elaborado con algo seco al final.  Lo maridamos con queso semicurado (Rosa Amarilla) que al tomarlo compenso la sequedad de los taninos, siendo el vino mucho más ligero y agradable al paladar.

Bodegas Gosálbez y Orti

Por último degustamos Qubél Matute 2005, con un paso en barrica de 14 meses. A la vista desprendía un colo rojo oscuro, pizarra,  mucho más turbio, con la presencia de posos. En nariz apreciamos una fruta mucho más madura, licor, regaliz negro, ahumados, cacao pero en boca era un vino muy redondo, con un paso en boca suave pero con cuerpo y gran persistencia. Es un vino que hay que abrir con tiempo y disfrutar en tranquilidad. En esta ocasión lo maridamos con jamón ibérico de bellota (Jamones Arturo) y fue perfecto.

En conclusión, Carlos y Estrella partieron de la nada, sin ningún tipo de conocimientos en este mundo del vino, pero con la realización de un máster en enología, una visita a la Toscana para conocer a los bodegueros y su forma de trabajo meticulosa y perfeccionista y fruto de su pasión, comenzaron a realizar vinos en la bodega de un amigo, pero encontraron un local en el que montar la bodega y el resultado esta a la vista. Ambos son un equipo perfecto que se complementan a la perfección y podríamos decir que ambos son necesarios en la misma proporción, porque si faltará uno de ellos, seguramente no el proyecto no habría funcionado.