De las Bodegas Miravinos nos llega un gran Rioja, un vino elegante fino, pero con carácter, que se hace notar y con fuerza. Estamos ante un vino que en parte recupera esa línea clásica de los típicos riojas pero le da un punto más actual, más moderno.
Catauro es el vino top de su bodega en rioja y proviene de una cuidada selección de cepas de tempranillo que provienen de viñas plantas hace más de 30 años, en parcelas situadas en la Rioja Alta (en entre Haro y Ollauri). Es vino con cierta complejidad, que se elabora en depósitos de cemento con una crianza de 18 meses en barricas de roble francés (con lo cual destaca por lo fino y ligero que es el vino, a pesar de su larga estancia en la barrica).
A la vista, el visto ya resulta elegante, fino, con un color oscuro a cereza, granate, con lagrima densa. Al decantar ya nos daba la impresión que el vino iba a ser algo diferente.
En nariz es muy intenso, ataca con fuerza, si bien al princio estaba algo cerrado, vamos notando con el paso del tiempo notas de especias, torrefacto, algo de café, frutas negras y ese toque de la madera que le ha dado su paso por barrica, algo mineral.
Pero cuando nos lo llevamos a la boca, el vino es muy muy goloso, directo e intenso, pero con elegancia, finura, mucha fruta, con un recorrido muy fresco, buena estructura y un largo postgusto, muy persistente y frutal, con una acidez controlada.
En este ocasión, maridamos el vino con un chuletón de buey de Irlanda y el maridaje fue correcto, pero no digamos que fue del todo perfecto, porque incluso nos deberíamos ir a una carne con un sabor más intenso, asados o incluso platos de puchero (fabada, cocido).
En conclusión, estamos ante un vino muy sabroso, que tiene muy buena textura, con un sabor intenso, pero que tiene un paso fresco, alegre, muy elegante, que se nota que está muy bien trabajado (la crianza en barrica es perfecta e incluso creo que puede evolucionar aún más en la botella), con carácter.
